Miguel Angel, Atalaya Abanto
La
doctrina del feminismo apela al logro de la igualdad de género, siendo un
derecho humano fundamental e indispensable para construir un mundo justo e
igualitario para todas las personas, sin ningún tipo de manifestación de
violencia. En la Declaración Universal de Derechos Humanos, las Naciones Unidas
(2015), reconoció que, “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos” (p. 4), y que “toda persona tiene todos los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna” (p. 6). Si
consideramos que la mayoría cree en algunas de estas manifestaciones, todas las
personas deberían vivir en un mundo pacífico, próspero y sostenible, sin
preocuparse por que algo malo les pase. Sin embargo, esto último es lejano a lo
que acontece en la sociedad. Actualmente vemos un sin número de actos de
violencia contra la mujer que ponen en riesgo la vida de las víctimas. El INEI
(2022) señala que el 54.9% de las mujeres en nuestro país han sido violentadas
alguna vez en su vida. En el presente ensayo se pretende concientizar a la
población sobre el rol de las personas frente a la lucha de la violencia contra
la mujer. Consideramos que esta
reflexión es importante no solo porque favorece a nuestra formación ética –
moral; sino también, porque nos permite cuestionar la integridad de nuestros
principios y valores, para hacer frente a la lucha de la violencia contra la
mujer. Por lo tanto, para abordar y asumir un compromiso pleno frente a la
problemática mostrada es fundamental que cada persona practique y enseñe
valores basados en la igualdad como herramienta de prevención. Estamos
convencidos que, frente a la violencia contra la mujer, la sociedad y el
Estado, deben promover en las escuelas, hogares y medios de comunicación, la
coeducación basada en la igualdad de género y los valores éticos, a fin de
crear un mundo donde se rechace todo acto de violencia.
La
erradicación de la violencia contra la mujer es tarea todos, la sociedad y el
Estado en su deber de contribuir en la lucha contra la violencia hacia la
mujer, deben impulsar en los niños y jóvenes desde los hogares y escuelas una
coeducación basada en la igualdad y valores éticos; porque esto implica
acciones concretas y efectivas que permiten formar futuros ciudadanos con
valores y principios de igualdad de género, con el fin de construir un mundo
justo e igualitario para todas las personas, sin ningún tipo de discriminación.
Gallado y Gallardo (2018) plantea que la coeducación es esencial para terminar
con las desigualdades entre mujeres y hombres; suprimir los prototipos sexistas
que prevalecen en la sociedad actual; evitar todo patrón de violencia de género;
concluir con la asignación de responsabilidades y actividades en relación al
género promoviendo la responsabilidad de hombres y mujeres por igual, en el
sector de la reproducción, del cuidado
de los hijos (ámbito privado), la sustentabilidad económica de la familia a
través del trabajo remunerado (ámbito público); siendo que se busca la igualdad
entre hombre y mujeres, en el trabajo, en el hogar y en la sociedad. Es así
que, la coeducación basada en valores e igualdad, se enmarcan como acciones estratégicas
preventivas que realizadas de manera continua, y en alianza con los docentes, y
otros actores de la sociedad, son muy poderosas y útiles para desarrollar
conocimientos, opinión crítica frente a la violencia y desigualdad de género y
motivar cambios positivos en la vida de los niños, adolescentes y adultos;
ayuda significativamente a prevenir la violencia contra la mujer, y contribuir
al logro de un mundo igualitario con el fin de garantizar una vida digna para
todos.
El
Estado y la sociedad, en su deber de tomar acción en la lucha de la violencia
contra la mujer, deben fomentar en los niños y adolescentes una coeducación
basada en una cultura de equidad de género y valores morales cimentados en el
respeto, autonomía y dignidad; porque los niños y adolescentes a edad muy
temprana están libres de prejuicios, por lo que implementar una enseñanza
basada en los valores de igualdad de género influye en su desarrollo y permite
establecer adecuados valores y principios éticos, que rechacen todo tipo de violencia
para fomentar un cambio cultural en la sociedad, contribuyendo así a prevenir
la violencia contra la mujer. Al respecto, Pinedo (2018) manifiesta que para no
realizar ningún tipo de agresión física o psicológica contra otras personas,
los valores de la no violencia se inculcan desde la más precoz infancia. Un
niño bien instruido en el respeto hacia sus semejantes, será capaz de discernir
los correctos principios éticos y rechazar todo tipo de violencia que se
presente en la sociedad o su entorno. Asimismo, sabrá identificar todo tipo de
violencia que atente contra su propia integridad de diferentes formas, como en
su sexo, su apariencia, en su forma de proceder; y será capaz de salvaguardar a
las personas que son víctimas de esta terrible situación de intimidación y
acoso. Si un niño observa y vive desde pequeño experiencias tanto en el
contexto familiar como en el escolar, en las que se fomenten valores y
principios de igualdad hacia las mujeres, en un futuro será una persona con
unos firmes valores y creencias hacia la equidad de género, lo que permitirá
prevenir cualquier acto de violencia contra la mujer, favoreciendo a la
creación de un mundo donde prevalezca el cuidado del prójimo y del entorno.
A lo largo del ensayo hemos podido reconocer que la violencia contra la mujer es una problemática muy compleja que no solo afecta a la víctima y sus familiares, sino también a toda la sociedad. Lo cierto es que, más allá de cualquier reflexión, es evidente que este problema viene causando un sinnúmero de daños a las víctimas que muchas veces no encuentran la tan anhelada justicia. En este escenario, hemos venido sosteniendo que la coeducación de la ética es un factor importante; por eso, hemos buscado responder a la siguiente pregunta: ¿De qué manera la coeducación de la ética en la sociedad ayuda a disminuir la violencia contra la mujer? Ante esta pregunta es necesario que la sociedad y el Estado, fomenten en los colegios, hogares y medios de información, la coeducación basada en la equidad de género y los valores morales, a fin de instaurar un mundo donde se repudie toda acción de violencia. Es importante entender el compromiso que tiene el Estado, y cada hombre y mujer de la sociedad; en la enseñanza de la coeducación de la ética, el cual recae en inculcar valores basados en el respeto e igualdad en los niños y adolescentes en todos los ámbitos. Si un niño desde pequeño desarrolla experiencias tanto en el contexto familiar como en el escolar, en las que se fomenten valores y principios de igualdad hacia las mujeres, en un futuro será una persona con unos firmes valores y creencias hacia la igualdad de género, lo que permitirá prevenir cualquier acto de violencia contra la mujer. Más allá del rol innegable del Estado en difundir la cultura de igualdad de género y rechazo de todo acto de violencia; como sociedad debemos ser partícipe de esta cultura de prevención y asumir este gran reto.
Referencias bibliográficas:
Gallardo, J. y Gallardo, P. (2018). Equidad e igualdad de género en educación.
https://www.researchgate.net/publication/324223574_EQUIDAD_E_IGUALDAD_DE_GENERO_EN_EDUCACION
Instituto Nacional de Estadística e informática
[INEI]. (2022, 25 de noviembre). Nota de prensa N° 187. https://m.inei.gob.pe/prensa/noticias/549-de-mujeres-de-15-a-49-anos-de-edad-fue-victima-de-violencia-familiar-alguna-vez-en-su-vida-por-parte-del-esposo-o-companero-14026/
Naciones Unidas. (2015). Declaración Universal de Derechos Humanos. https://www.un.org/es/documents/udhr/UDHR_booklet_SP_web.pdf
Pinedo, C. (2018, 22 de enero). Pautas para cultivar en los niños valores contra la violencia de género.